OMS: recomendaciones temporales para responder al COVID-19

OMS: recomendaciones temporales para responder al COVID-19

OMS: recomendaciones temporales para responder al COVID-19 310 163 Constanza Armas

Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS)

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, remitió el informe de la decimocuarta reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI) sobre la pandemia de enfermedad por el coronavirus de 2019 (COVID-19), celebrada el viernes 27 de enero de 2023.

En este informe se ratifica que la pandemia de COVID-19 en curso sigue constituyendo una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII), reconociéndose que probablemente se encuentre en un punto de transición que hay que gestionar cuidadosamente para limitar las posibles consecuencias negativas.

Al respecto el director general comento que, aunque el mundo se encuentra en una mejor situación que durante el pico de la transmisión de la variante ómicron hace un año, en las últimas ocho semanas se han notificado más de 170 000 muertes relacionadas con la COVID-19 en todo el mundo. Además, la vigilancia y la secuenciación genética se han reducido en todo el mundo, lo que dificulta el seguimiento de las variantes conocidas y la detección de otras nuevas. Muchos sistemas de salud se esfuerzan actualmente por hacer frente a la COVID‑19 al tiempo que atienden a pacientes con gripe e infecciones por virus sincitiales de las vías respiratorias, y todo ello con poco personal y trabajadores de la salud fatigados. Las vacunas, los tratamientos y las pruebas diagnósticas han sido y siguen siendo cruciales para prevenir las formas graves de la COVID-19, salvar vidas y aliviar la presión de los sistemas y el personal de salud en todo el mundo. Con todo, la respuesta a la enfermedad todavía cojea porque demasiados países no tienen la capacidad de ofrecer estas herramientas a las poblaciones que más las necesitan, en particular las personas mayores y el personal de salud.

En este sentido la OMS insta a los países a: mantenerse alerta y seguir notificando datos de vigilancia y secuenciación genómica; recomendar medidas sociales y de salud pública basadas en el riesgo correctamente orientadas cuando sea necesario; vacunar a las poblaciones con mayor riesgo para reducir al mínimo los cuadros graves y las muertes, y llevar a cabo una comunicación periódica del riesgo por la que se dé respuesta a las preocupaciones de la población y se fomente la participación de las comunidades con miras a mejorar la comprensión y la aplicación de contramedidas.

Puntualmente se expresan las recomendaciones temporales emitidas por el director general de la OMS para todos los Estados Partes: 

  1. Mantener el ritmo de vacunación contra la COVID-19 para lograr una cobertura del 100% de los grupos de alta prioridad, siguiendo las recomendaciones del SAGE actualizadas a la situación del momento sobre el uso de dosis de refuerzo. Los Estados Partes deberían planificar la integración de la vacunación contra la COVID-19 en los programas de inmunización a lo largo del curso de la vida. En la recopilación periódica de datos y la presentación de informes sobre la cobertura de la vacuna se deberían incluir tanto las dosis primarias como las de refuerzo. (Global COVID-19 Vaccination Strategy in a Changing World: July 2022 updateUpdated WHO SAGE Roadmap for prioritizing uses of COVID-19 vaccines, enero de 2023Declaración provisional de la OMS sobre el uso de dosis de refuerzo adicionales de vacunas de ARNm contra la COVID-19 incluidas en la lista de uso en emergenciasGood practice statement on the use of variant-containing COVID-19 vaccinesBehavioural and social drivers of vaccination: tools and practical guidance for achieving high uptake.)
  2. Mejorar la notificación de datos de vigilancia del SARS-CoV-2 a la OMS. Se necesitan mejores datos para: detectar, evaluar y monitorear variantes emergentes; detectar cambios significativos en la epidemiología de la COVID-19, y comprender la carga de la COVID-19 en todas las regiones. Se recomienda a los Estados Parte que utilicen un enfoque integrado para la vigilancia de enfermedades infecciosas respiratorias en el que se aproveche el sistema mundial de vigilancia y respuesta a la gripe. En la vigilancia debería incorporarse información de poblaciones centinela representativas, vigilancia basada en eventos, vigilancia de aguas residuales humanas, serovigilancia y vigilancia animal-humana-ambiental. La OMS debería seguir trabajando con los Estados Miembros para que hubiera una capacidad y una cobertura adecuadas en la vigilancia de la COVID-19 con las que reconocer rápidamente cualquier cambio significativo en el virus y/o su epidemiología y en sus efectos clínicos, incluida la hospitalización, de modo que la Organización pudiera activar las alertas mundiales pertinentes según fuera necesario. (Vigilancia de salud pública en relación con la COVID-19) 
  3. Aumentar la aceptación y garantizar la disponibilidad a largo plazo de contramedidas médicas. Los Estados Partes deberían mejorar el acceso a las vacunas, medios de diagnóstico y tratamientos contra la COVID-19, y considerar la posibilidad de prepararse para que estas contramedidas médicas se autorizasen fuera de los procedimientos de inclusión en la lista de uso en emergencias y dentro de los marcos regulatorios nacionales habituales. (Therapeutics and COVID-19: living guideline; COVID-19 Clinical Care Pathway) 
  4. Mantener una fuerte capacidad de respuesta nacional y prepararse para eventos futuros con miras a evitar que se produzca un ciclo de pánico y negligencia. Los Estados Partes deberían estudiar la forma de fortalecer la preparación de los países para responder a brotes, entre otras cosas prestando atención a la capacidad del personal de salud, la prevención y el control de infecciones y la financiación de la preparación y respuesta ante agentes patógenos respiratorios y no respiratorios. (Reseñas normativas de la OMS sobre la COVID-19Strengthening pandemic preparedness planning for respiratory pathogens: policy brief)
  5. Seguir trabajando con las comunidades y sus líderes para hacer frente a la infodemia y aplicar con éxito medidas sociales y de salud pública basadas en el riesgo. La comunicación de riesgos y la participación de la comunidad deberían adaptarse a los contextos locales y en ellas debería hacerse frente a la desinformación y la información errónea que erosionan la confianza en las contramedidas médicas y las medidas sociales y de salud pública. Los Estados Partes deberían fortalecer la comprensión del público, los medios de comunicación y las comunidades sobre los avances científicos para alentar la acción y las políticas orientadas por la evidencia. También deberían seguir vigilando la respuesta individual y pública a la aplicación de medidas sociales y de salud pública y la aceptación de las vacunas contra la COVID-19, y aplicar medidas, incluidas estrategias de comunicación, para apoyar su utilización adecuada.  (Recursos de comunicación de riesgos de la OMSConsiderations for implementing and adjusting PHSM in the context of COVID-19.) 
  6. Seguir ajustando cualquier medida restante relacionada con los viajes internacionales, a partir de una evaluación del riesgo, y no exigir prueba de vacunación contra la COVID-19 como requisito previo para los viajes internacionales. (Interim position paper: considerations regarding proof of COVID-19 vaccination for international travellersPolicy considerations for implementing a risk-based approach to international travel in the context of COVID-19).
  7. Seguir apoyando la investigación para mejorar las vacunas que reduzcan la transmisión y tengan una amplia aplicabilidad, así como la investigación para comprender el espectro completo, la incidencia y el efecto del síndrome post‑COVID, y desarrollar rutas asistenciales integradas relevantes.