Cambio climático y COVID-19

Cambio climático y COVID-19

Cambio climático y COVID-19 1024 614 Constanza Armas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un informe especial sobre cambio climático y salud, en el marco de la organización de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), organizada por el Reino Unido en colaboración con Italia, tendrá lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 en el Scottish Event Campus (SEC) de Glasgow (Reino Unido).

En el informe mencionado se insta a los países a establecer compromisos climáticos nacionales ambiciosos para mantener una recuperación saludable y ecológica tras la pandemia de COVID-19. En el escrito se describe al cambio climático como la «mayor amenaza para la salud que afronta la humanidad«, y se exponen 10 recomendaciones sobre el clima y la salud a considerar:

  1. Comprometerse con una recuperación saludable. Comprometerse con una recuperación saludable, ecológica y justa de la COVID-19.
  2. Nuestra salud no es negociable. Situar la salud y la justicia social en el centro de las conversaciones de las Naciones Unidas sobre el clima.
  3. Aprovechar los beneficios de la acción climática para la salud. Dar prioridad a las intervenciones climáticas con mayores beneficios sanitarios, sociales y económicos.
  4. Construir sistemas y establecimientos de salud resilientes al clima y ambientalmente sostenibles, y apoyar la adaptación y resiliencia de la salud en todos los sectores.
  5. Crear sistemas energéticos que protejan y mejoren el clima y la salud. Guiar una transición justa e inclusiva hacia la energía renovable para salvar vidas de la contaminación del aire, especialmente de la combustión del carbón. Acabar con la pobreza energética en los hogares y en los establecimientos de atención de la salud.
  6. Reimaginar los entornos urbanos, el transporte y la movilidad. Promover un diseño urbano y unos sistemas de transporte sostenibles y saludables garantizando un mejor uso del suelo, el acceso a espacios públicos verdes y azules y la priorización de los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público.
  7. Proteger y restaurar la naturaleza como base de nuestra salud. Proteger y restaurar los sistemas naturales, que son la base de una vida sana, de los sistemas alimentarios sostenibles y de los medios de vida.
  8. Promover sistemas alimentarios saludables, sostenibles y resilientes. Promover la producción de alimentos sostenibles y resilientes y dietas más asequibles y nutritivas que contribuyan a los resultados climáticos y de salud.
  9. Financiar un futuro más sano, justo y ecológico para salvar vidas. Transición hacia una economía del bienestar.
  10. Escuchar a la comunidad de la salud y hacer un llamado a favor de una acción climática urgente. Movilizar a la comunidad de la salud y apoyarla en la acción climática.

Igualmente, grupos en representación de más de 45 millones profesionales de la salud, firmaron una carta abierta dirigida a las y jefes de estado y delegaciones nacionales, en la que mencionan que:

La crisis climática supone la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad. Como profesionales y trabajadores de la salud, reconocemos nuestra obligación ética de pronunciarnos sobre esta crisis de rápido crecimiento que podría ser mucho más catastrófica y duradera que la pandemia de COVID-19. Instamos a los gobiernos a estar a la altura de sus responsabilidades protegiendo a sus ciudadanos, vecinos y generaciones futuras de la crisis climática.

Tanto el informe especial como la carta abierta destacan problemáticas climáticas clave que afectan en la actualidad a la salud pública, como son la contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles; la intensificación de las olas de calor, las inundaciones y las tormentas que cobran miles de vidas; la subida del nivel del mar que destruye hogares y medios de vida; y el clima extremo que agrava la inseguridad alimentaria, el hambre y provoca migración forzada.

La crisis climática, al igual que la pandemia de COVID-19, han puesto de manifiesto las desigualdades estructurales a nivel global, mostrando que hay poblaciones más vulnerables que otras. Ambas crisis, han causado efectos devastadores a nivel social, laboral, económico y político, amenazando la vida de las personas y poniendo a prueba las infraestructuras y los servicios de salud.

En este sentido, la protección de la salud de las personas requiere acciones transformadoras en todos los sectores, incluidos el de la energía, el transporte, la naturaleza, los sistemas alimentarios y las finanzas. Los efectos negativos de la pandemia de COVID-19 y la crisis climática requieren respuestas urgentes por parte de los lideres y lideresas mundiales.