Mensaje del directora ejecutiva de ONUSIDA en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

Mensaje del directora ejecutiva de ONUSIDA en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

Mensaje del directora ejecutiva de ONUSIDA en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial 275 183 Constanza Armas

Traducción libre de ONUSIDA

Winnie Byanyima

Directora Ejecutiva de ONUSIDA

Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas

Hace más de medio siglo que las Naciones Unidas proclamaron el 21 de marzo como Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Ese día, en 1960, la policía abrió fuego contra una multitud de manifestantes pacíficos que se levantaban y hablaban contra el apartheid en Sudáfrica. Ese día murieron decenas de personas. Tuvieron que pasar otros 30 años de amarga batalla para que se derogara la legislación del apartheid, durante la cual millones de africanos negros fueron expulsados de sus hogares y obligados a vivir en barrios segregados. El mundo dijo nunca más.

Sin embargo, hoy en día el racismo sigue prosperando, profundizando las desigualdades, fracturando las sociedades y negando a las personas sus derechos humanos básicos, incluido el derecho a la salud. El racismo es un problema de salud pública y de derechos humanos de interés mundial. Se reconoce que el racismo es un determinante clave de la enfermedad y define quién tiene acceso a la prevención y el tratamiento que salvan vidas, a la atención sanitaria de calidad y al bienestar general.

Las grandes disparidades raciales y étnicas en el acceso a los servicios del VIH son evidentes. Aunque los sudafricanos negros representan la mayoría de la población de Sudáfrica y la mayoría de las personas que viven con el VIH, los servicios del sector público de los que dependen los sudafricanos negros suelen ser de peor calidad que los servicios del sector privado de los que disponen los sudafricanos blancos. En los Estados Unidos de América, los afroamericanos representan el 12% de la población nacional, pero están sobrerrepresentados en los nuevos diagnósticos de VIH (41%) y de las muertes relacionadas con el sida. Para acabar con el sida es imperativo acabar con las desigualdades que lo impulsan y eso incluye abordar las desigualdades raciales.

La historia debería habernos enseñado a todos las consecuencias más terribles del racismo y la desigualdad, y sin embargo, el racismo sigue estando presente en todos los países y dentro de ellos. La pandemia de COVID-19 y el consiguiente apartheid de las vacunas nos lo recuerdan con crudeza y nos ha costado a cada uno de nosotros la salida más rápida y menos dañina de la crisis.

El fracaso en la lucha contra el racismo seguirá costando millones de vidas y medios de subsistencia en todo el mundo; paralizará los avances en la lucha contra la pobreza; bloqueará los esfuerzos de desarrollo y amenazará la salud pública y la seguridad económica mundiales. Porque, no nos equivoquemos, los costes de la desigualdad no se limitan a los que viven en los países más pobres.

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. En el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial debemos trazar un nuevo camino para garantizar los derechos de todas las personas en todas las naciones y alzar nuestras voces para actuar contra el racismo.