La infección por viruela del mono crea firmas inmunológicas de progresión de la enfermedad

La infección por viruela del mono crea firmas inmunológicas de progresión de la enfermedad

La infección por viruela del mono crea firmas inmunológicas de progresión de la enfermedad 1024 576 Constanza Armas

Traducción libre de The Lancet

Hasta el 28 de octubre de 2022, la actual epidemia de viruela del mono ha provocado más de 76.806 casos en todo el mundo. Se trata del mayor brote fuera de África occidental y central y es un claro indicio de que el mundo debe prestar más atención a esta enfermedad. La naturaleza esporádica de los brotes, combinada con el pequeño tamaño y el limitado número de casos, ha dificultado la investigación sistemática de la respuesta del huésped a la infección por este ortopoxvirus.

El brote actual es notable porque la gran mayoría de los casos se producen en hombres que tienen sexo con hombres. Esta comunidad tiene una serie de otras condiciones prevalentes, como mayor incidencia de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. Esta comunidad también tiene, en algunos casos, redes sexuales muy conectadas que podrían facilitar la propagación de la enfermedad.

En conjunto, estas características han dado lugar a una presentación clínica dramáticamente diferente de la infección por viruela del mono, lo que ha dificultado la identificación de la infección por viruela del mono, lo que ha dificultado la identificación del patógeno en muchos de los casos observados al principio de la de la pandemia1,2. El efecto de la transmisión rápida y continua de la viruela del mono en una comunidad con estas características aún no se ha determinado, pero es probable que tenga un fuerte efecto en el curso de la pandemia.

Estas características también deben tenerse en cuenta durante los esfuerzos de vacunación y los planes de intervenciones no farmacéuticas para estrategias de control de brotes3.Necesitamos una orientación clínica y diagnósticas actualizadas que se comuniquen claramente a los profesionales de la salud, y que se amplíen las pruebas para incluir pacientes que no presenten los síntomas típicos de la viruela del mono. La ampliación del acceso a la vacunación será también un elemento crucial para el control del brote. El desarrollo de biomarcadores predictivos también nos permitirá ofrecer una atención clínica más específica (por ejemplo, antivirales a los que probablemente desarrollen una enfermedad grave). Muchas de estas medidas ya se están aplicando.

La mayor parte de la información que se conoce sobre infecciones por ortopoxvirus proviene de datos históricos recogidos antes de la erradicación de la viruela y de estudios sobre el virus de la vacunación. Las infecciones por viruela del mono se han estudiado tanto en humanos como en animales, y ya se han observado grandes diferencias en el cuadro clínico y la epidemiología de esta enfermedad durante la actual pandemia actual4. La forma en que el cuerpo responde a la infección de la viruela del mono a diferencia de otros ortopoxvirus5 es una laguna de conocimiento crucial que debe abordarse para responder eficazmente a la pandemia actual. Igualmente, crucial son los datos humanos contemporáneos que documentan la eficacia de la vacunación contra la viruela o la viruela del mono contra la viruela del mono.

En The Lancet Infectious Diseases, Chiara Agrati y colegas6 proporcionan información sobre la respuesta inmunitaria de la viruela del mono en una cohorte de 17 pacientes con infección por viruela del mono confirmada en de diez donantes sanos utilizados con fines de comparación. Se disponía de muestras longitudinales de un subconjunto de la cohorte cohorte, lo que permitió a los investigadores evaluar los cambios en los parámetros inmunológicos a lo largo del tiempo. En este estudio, los investigadores se centraron en varios resultados inmunológicos: El fenotipo de las células T se evaluó mediante citometría de flujo; Las respuestas de las células T específicas de antígeno se evaluaron mediante ELISPOT estándar de interferón-γ utilizando grupos de péptidos que cubrían la secuencia de tres proteínas virales (MVA074R, MVA105L y MVA121L); y las concentraciones de citoquinas en el plasma se cuantifican mediante ELLA.

El estudio descubrió que había un aumento temprano en de células T CD8+ con una disminución del número de células T CD4 en los pacientes con viruela del mono. Ambos tipos de células T mostraban un aumento de las células de fenotipo efector y células que expresan el marcador de activación CD38 de activación CD38. Estos cambios se normalizaron entre 12 y 20 días después de la aparición de los síntomas. Los cambios en el fenotipo de las células T se corresponden con un aumento de las concentraciones de inflamatorias (interleucina [IL]-1b, IL-6, IL-8 y factor de necrosis tumoral) en las muestras de plasma. En cuanto a las respuestas de las células T específicas de antígeno, todos los pacientes, excepto uno, presentaban respuestas detectables (Th1).

Los pacientes tenían células T específicas de poxvirus detectables (con sesgo Th1).. Curiosamente, los pocos pacientes con síntomas menos graves también mostraron una respuesta de citoquinas atenuada; Sin embargo, este hallazgo tendría que ser verificado en una cohorte cohorte más grande.

Sólo uno de los pacientes del estudio tenía un historial de vacunas contra la viruela; por lo tanto, los investigadores no pudieron evaluar el efecto de la inmunidad preexistente en los cambios inmunológicos observados. En cuanto al VIH, siete de los 16 pacientes eran seropositivos (todos tenían recuentos de CD4 superiores a 400 células por μL) y no se observaron diferencias importantes en las alteraciones inmunológicas inducidas por la infección por viruela del mono entre los casos seronegativos y los seropositivos.

En resumen, existe una respuesta temprana y potente de las células T a la infección por viruela del mono, caracterizada por la elevación de los mediadores inflamatorios. Al igual que lo que se ha observado con otras infecciones por ortopoxvirus, la respuesta de las células T tiene un sesgo Th1.7 Este estudio no pudo evaluar las respuestas más allá de unos 20 días, pero los informes del brote de viruela del mono de 2003 en el medio oeste de EE.UU. indican que las respuestas de las células T duran al menos un año después de la infección y reflejan los datos de la infección de viruela y los estudios de vacunación que muestran respuestas duraderas de las células T y B que duran décadas.8,9

Este estudio tiene varias limitaciones, incluyendo un tamaño de muestra pequeño (n=17), un rango geográfico estrecho (Roma, Italia) y un conjunto limitado de marcadores inmunológicos (secreción de citoquinas, fenotipos de células inmunes y respuestas de células T a sólo tres proteínas virales). Aunque es un paso inicial importante para determinar las firmas moleculares de la infección, lo ideal sería que los estudios de seguimiento evaluaran estos marcadores en cohortes adicionales (ampliando la aplicabilidad de los resultados) y ampliarán la evaluación para incluir más marcadores inmunológicos (tanto innatos como adaptativos).

Este brote de viruela del mono es diferente de todos los brotes anteriores de viruela del mono. Es probable que varios factores contribuyan a esta diferencia, entre ellos: diferencias genéticas en las cepas circulantes, discrepancias en la salud subyacente de las poblaciones afectadas y en el acceso a la atención sanitaria, a los tratamientos eficaces, y la inmunidad preexistente en las comunidades afectadas. El desarrollo de firmas inmunológicas, especialmente si se pueden relacionar con el curso clínico de la enfermedad, la respuesta al tratamiento o incluso la susceptibilidad a la enfermedad, proporciona una poderosa herramienta para el tratamiento y la gestión de la enfermedad, e informaría sobre el uso eficaz de las vacunas existentes.

 

  1. Tarin-VicenteEJ,AlemanyA,Agud-DiosM,etal.Presentación clínica y evaluación virológica de los casos confirmados de virus de la viruela del mono humana en España: un estudio de cohorte observacional prospectivo. Lancet 2022; 400: 661-69.
  2. Pérez-Martín OG, Hernández-Aceituno A, Dorta-Espineira MM, García-Hernández L, Larumbe-Zabala E. Atypical presentation of sexually-borne monkeypox lesions. Infect Dis (Lond) 2022; 54: 940-43.
  3. Poland GA, Kennedy RB, Tosh PK. Prevención de la viruela del mono con vacunas: una revisión rápida. Lancet Infect Dis 2022; publicado en línea el 15 de septiembre. https://doi. org/10.1016/S1473-3099(22)00574-6.
  4. Lum FM, Torres-Ruesta A, Tay MZ, et al. Monkeypox: disease epidemiology, host immunity and clinical interventions. Nat Rev Immunol 2022;22: 597-613.
  5. Xuan DTM, Yeh IJ, Wu CC, et al. Comparación de las firmas transcriptómicas entre líneas celulares de monos infectados con viruela y humanos. J Immunol Res 2022; 2022: 3883822.
  6. Agrati C, Cossarizza A, Mazzotta V, et al. Immunological signature in human cases of monkeypox infection in 2022 outbreak: an observational study. Lancet Infect Dis 2022; publicado en línea el 7 de noviembre. https://doi. org/10.1016/S1473-3099(22)00662-4.
  7. Moutaftsi M, Bui HH, Peters B, et al. Vaccinia virus-specific CD4+ T cell responses target a set of antigens largely distinct from those target by CD8+ T cell responses. J Immunol 2007; 178: 6814-20.
  8. Hammarlund E, Lewis MW, Hansen SG, et al. Duración de la inmunidad antiviral tras la vacunación contra la viruela. Nat Med 2003; 9: 1131-37.
  9. Crotty S, Felgner P, Davies H, Glidewell J, Villarreal L, Ahmed R. Cutting edge: long-term B cell memory in humans after smallpox vaccination. J Immunol 2003; 171: 4969-73.