Brechas de género en las vacunas COVID-19

Brechas de género en las vacunas COVID-19

Brechas de género en las vacunas COVID-19 980 400 Constanza Armas

*Traducción libre de CARE

Las vacunas contra el COVID-19 se están convirtiendo rápidamente en una historia de desigualdad. La disparidad de género es una parte de esta. En 22 de los 24 países sobre los que CARE tiene datos, las mujeres tienen menos probabilidades de ser vacunadas y es menos probable que sientan que las vacunas son seguras.

Hay enormes diferencias locales y globales en cuanto a quién puede vacunarse. Sólo el 4,5% de las personas de los países de bajos ingresos han podido acceder a la inmunización contra el COVID-19, mientras que en los países ricos el 79% de la población ha sido vacunada. Trágicamente, la riqueza personal y geografía son sólo dos factores que desvirtúan el acceso a las vacunas.

Otro aspecto es el género. En muchos países de ingresos bajos y medios, las mujeres tienen menos probabilidades de recibir las vacunas contra el COVID-19 que los hombres. Esto agrava la desigualdad que ya enfrentan estas en materia de salud y la toma de decisiones.

Trabajadoras sanitarias en riesgo

Las mujeres representan el 70% del personal sanitario en todo el mundo, son las más propensas a desempeñar funciones de cuidado que las exponen al COVID-19. En Sierra Leona, las trabajadoras sanitarias tenían 60% de probabilidad de infectarse con COVID-19 en comparación a sus pares varones. En Jordania, solo el 32% de las trabajadoras sanitarias están vacunadas, frente al 65% de los hombres. En el despliegue inicial de la vacuna, en el que los países dan prioridad a los trabajadores sanitarios esenciales, las mujeres deberían ser más de la mitad de las personas que reciben las vacunas. Este es raramente el caso.

Lagunas en la vacunación

En muchos países de ingresos bajos y medios, las mujeres tienen menos probabilidades de vacunarse. Una investigación reciente en Asia-Pacífico muestra que las mujeres representan sólo el 46% de las personas de la región que se han vacunado.

En Bangladesh, el 60% de las personas que han recibido al menos una dosis son hombres. En India, las estadísticas globales indican que las mujeres representan el 48% de las personas que han recibido al menos una dosis. En algunos estados de la India, la número desciende al 32. En Timor Oriental, la cifra es de un escandaloso 34%. En Irak, CARE realizó una encuesta en dos provincias resultando que el 14% de los hombres están vacunados, pero sólo el 9% de las mujeres. En Sudán del Sur, las mujeres representan el 70% de los de las personas que dan positivo en la prueba del COVID-19, pero sólo el 26% han recibido la vacuna. En Liberia, sólo el 36% de las personas totalmente vacunadas son mujeres.

Las mujeres tienen menos libertad para salir de casa. Además, tienen que superar muchos obstáculos para vacunarse, debido a que tienen más dificultades para llegar a centros de vacunación. Incluso antes de COVID-19, muchas mujeres tenían que pedir permiso a los hombres para ir a un a un centro de salud o acceder a la atención sanitaria, tenían menos dinero y menos acceso al transporte.

En este contexto, el COVID-19 empeora la situación. La investigación de CARE muestra que el 41% de las mujeres (y sólo el 32% de los hombres) afirman que COVID-19 reduce su movilidad. En Irak, el 55% de las mujeres y el 42% de los hombres tendrían que viajar más de 30 minutos para vacunarse. En Haití el 26% de las mujeres (frente al 34% de los hombres) estarían dispuestas a recorrer una gran distancia para vacunarse.

Adicionalmente, las mujeres tienen dificultades para acceder a los servicios sanitarios, el 38% de las mujeres también afirma que la falta de acceso a servicios sanitarios es uno de sus mayores retos en el contexto del COVID-19. En Jordania, las mujeres tienen 10 puntos porcentuales menos de probabilidad de haberse registrado para recibir vacunas.

Las mujeres reciben menos información

En Iraq, el 64% de los hombres y el 52% de las mujeres saben dónde pueden vacunarse. El 50% de los hombres y sólo el 30% de las mujeres saben cómo inscribirse para recibir una vacuna. En cuanto a la confianza que generan las vacunas, las mujeres también son menos propensas a creer que las vacunas son seguras.

En un distrito sanitario de Malawi, las mujeres tienen 4 veces menos probabilidades de confiar en la vacuna (10%) que los hombres (40%) debido a los temores relacionados con la infertilidad y el control de la población. Sólo el 36% de las mujeres (frente al 42% de los hombres) en Haití estarían dispuestas a vacunarse. En Jordania el 83% de las mujeres y el 67% de los hombres dudan en vacunarse.

Lagunas en los datos

Muy pocos países hacen un seguimiento sistemático de las diferencias de género asociadas a las vacunas contra el COVID-19, lo que oculta importantes desigualdades. En los 11 países de Asia- Pacífico, incluidos en el Rastreador de Datos Desagregados por Sexo de COVID-19, sólo la India y Bangladesh tienen datos desagregados por sexo. Ninguno de los principales conjuntos de datos mundiales para el seguimiento de la vacunación contra la COVID-19, publica resultados desagregado por sexo. En Estados Unidos, sólo 38 estados publican datos desglosados por sexo.

Fuentes de datos

Estos datos proceden de diversas fuentes. Siempre que es posible, utilizamos el porcentaje más reciente de personas que han recibido al menos una vacuna (Por ejemplo, en el Chad, el 34% de las personas que han recibido una dosis son mujeres). Si no se dispone de este dato, las cifras representan el porcentaje de mujeres (u hombres) en ese país que ha recibido una dosis. Por ejemplo, el 89% de las mujeres y el 98% de los hombres de Camboya han recibido una vacuna. Cuando esto no estaba disponible, miramos las cifras de indecisión de la vacuna.