Actualización sobre COVID-19 largo

Actualización sobre COVID-19 largo

Actualización sobre COVID-19 largo 1024 768 Constanza Armas

En el Simposio Científico de Fundación Huésped el doctor Gustavo Lopardo, médico infectólogo, coordinador docente en la Fundación del Centro de Estudios Infectólogicos (FUNCEI) y consultor del departamento de Infectología del Hospital Bernardo Houssay, expuso sobre las últimos hallazgos del COVID-19 largo.

  • ¿Qué es el COVID largo o long COVID?

El COVID largo o long COVID, es un término usado para identificar una gama amplia de consecuencias para la salud que están presentes de cuatro o más semanas después de presentar la infección por SARA-COV-2 grave, leve o sin síntomas.

En función de lo mencionado por el doctor Lopardo, es una condición de la que aún se conoce poco y que tiene criterios diagnósticos diversos, lo que dificulta su reconocimiento, diagnóstico y tratamiento. La OMS afirma que ocurre frente a casos de COVID-19 confirmados o probables, con síntomas que duran al menos dos meses tras tres meses de presentar COVID-19, que no son explicables por otras causas. Una de las dificultades asociadas al COVID largo es que los síntomas se pueden confundir con otras enfermedades.

  • ¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?

Fatiga, niebla mental, dificultad para respirar, dolor en el pecho y abdomen, diarrea, urticaria, irregularidades en el ciclo menstrual, insomnio o dificultades para dormir, fiebre, palpitaciones o taquicardia, parestesia, cambios de humor.

Los trastornos cognitivos, presentes en la niebla mental, son síntoma neurológico persistente después de las 6 semanas que impactan en la vida cotidiana. Este síntoma ha sido mayormente reportado por sobrevivientes sin antecedentes de enfermedad grave, hipoxia o problemas respiratorios, y ha persistido hasta 5 meses; lo que podría potenciar epidemias de desórdenes neurodegenerativos.

Igualmente, puede haber presencia de daño endotelial y microtrombos. En cuanto al  tejido cardiaco se ha encontrado genoma viral, inflamación linfocitaria con lesión de miocitos sin isquemia, compatible con miocarditis viral e inflamación inmunohistoquímico endimiocardica. Así mismo, se puedes presentar lesiones hipóxicas agudas en el cerebro y el cerebelo con compromiso del nervio olfatorio asociado a alteraciones del tronco encefálico; se ha encontrado SARS-CoV-2 en el Sistema Nervioso Central (SNC) con daño de barrera hematoencefálica y microtrombos.

También se ha encontrado daño cardiopulmonar en biopsias y autopsias. En personas que sufrieron neumonía grave se evidenció daño alveolar difuso fibroproliferativo focal y organizado, similar al síndrome de dificultad respiratoria aguda.

En general los síntomas y las manifestaciones pueden fluctuar, decaer o persistir tras episodios agudos o en la recuperación. Igualmente, los efectos agudos y potsagudos del COVID-19, junto con el aislamiento social pueden generar afectaciones en la salud mental como depresión, ansiedad o cambios de humor.

  • ¿Cuál es la fisiopatología y los mecanismos de producción?

En cuanto a la fisiopatología y los mecanismos de producción resalta el daño celular directo producido por el virus puede reactivar otros como el virus Epstein-Barr (EBV, virus herpes). La inflamación crónica o activación inmune donde se observan marcadores de inflamación crónica elevados, difusión mitocondrial y difusión endotelial. A consecuencia de hospitalización prolongada se puede generar estrés postraumático. Igualmente, puede causar autoinmunidad en la tiroides alta expresión de ACE2 y títulos elevados de FAN.

  • ¿Cuáles son las condiciones asociadas a mayor riesgo de síndrome Post-COVID?

En  población británica se ha evidenciado que pueden tener mayor riesgo a presentar el síndrome las personas de sexo femenino, con mala salud general o alguna comorbilidad, de mayor edad, de etnia blanca, con sobrepeso/obesidad, asma y  con una respuesta débil de anticuerpos del SARS-CoV-2.

En niños y adolescentes es menos frecuente. Sin embargo, en ellos puede generar dificultades de aprendizaje.

  • ¿Cuál es el tratamiento?

En cuanto al tratamiento, el especialista aclara que debido a la cantidad de síntomas presentes se hace imposible obtener un único tratamiento que funcione. Hasta ahora solo existen algunos tratamientos sintomáticos. Los futuros tratamientos se deben enfocar en la inflamación, el daño vascular, mitocondrial y la respuesta inmune.

  • Frente a los síntomas ¿Que debe ser evaluado?

De entrada, se debe descartar otras enfermedades y pensar en la posibilidad de diagnósticos omitidos. Así mismo, se debe evaluar a todas las personas con síntomas persistentes o que reaparezcan después de las 12 semanas del evento agudo. En los pacientes con síntomas entre 4 a 12 semanas post evento agudo, se debe evaluar caso por caso según la gravedad.

  • ¿Qué test sanguíneos se recomiendan?

La prueba de laboratorio debe guiarse por la historia de la persona, el examen físico y los hallazgos clínicos. Se debe considerar el panel básico de pruebas de laboratorio como hemograma, hepatograma, glucemia, función renal, PCR cuantitativa.

Igualmente, se debe tomar en cuenta pruebas ampliadas si los síntomas persisten durante 12 semanas o más. Considerar repetir las imágenes pulmonares, preferiblemente con una tomografía computarizada de alta resolución o angiotomografía en pacientes que presentan síntomas predominantemente respiratorios. Así mismo, se deben tener presente las pruebas de función cardiaca como ECG y ecografía para descartar un proceso de enfermedad cardiopulmonar. Estudios de neuroimagen que incluyan pruebas vasculares (CT7MRI) y neuropsicológicas en pacientes que presentan manifestaciones neuropsiquiátricas.

  • ¿Qué test sanguíneos recomiendan?

Descartar debut de diabetes y tiroiditis (glucemia en ayunas y HbA1c, y T3, T4 y THS), troponina, CPK MB, saturación de O2 (considerar gases arteriales), en presencia de síntomas respiratorios Dimero-D; persistencia de síntomas reumatológicos: CPK, FAN, factor reumatoideo, anticardiolína.

Para terminar el doctor mencionó la necesidad del desarrollo de guías claras puesto que las que hay hoy en día no están consensuadas. Frente a la ausencia de criterios diagnósticos objetivos, algoritmos en la evaluación e intervenciones basadas en evidencias las personas no pueden tener la atención que necesitan y merecen, afirmó.